He visto al raitán posado en una rama
muy cerca porque no me tiene miedo
Es un viejo amigo tan viejo como yo
Indiferente al frío y a la lluvia
Ajeno a noviembre y a la niebla
Pequeño e insignificante
Frágil delicado indefenso
sólo en apariencia
Lleno de vida y fuego
Diminuto dueño del viento
Orgulloso rey de su reino escaso
del bosque del jardín o del huerto
De trino triste lánguido y precioso
Fiero luchador por lo poco suyo
Morirá por nada si hace falta
*
Me acompaña desde siempre
aunque no pueda verle
Nunca me ha dejado sólo
Cuando más le necesito
viene a una rama cercana
y me recuerda quién soy:
El niño que soñaba
sentado en el prado
al pie del ancestral manzano
El niño que miraba al cielo
por entre las hojas y las ramas
y las nubes
El niño que le vió entonces
tan cerca que pudo tocarle
El niño que le lleva consigo
en un nido de palabras
Viejo raitán que le enseñó
a volar a volar a volar
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