jueves, 10 de octubre de 2013

CUANDO TÚ

No sé si eras buena o mala
*
Antes creía que buena
pero mejor cuando venías
que cuando íbas
cuando entrabas
que cuando salías
cuando subías
que cuando bajabas
cuando eras
que cuando parecías
cuando estabas
*
Y si eras buena o mala
no importaba
*
Cuando estabas
cuando venías
cuando entrabas
cuando subías
cuando eras
el resto no importaba
no importaba nada


martes, 17 de septiembre de 2013

JUEVES

Hoy es jueves
igual que mañana
igual que pasado mañana
lo mismo que la semana pasada
y la semana que viene
en un septiembre eterno
que no tiene ni principio ni final
en un año que es el mismo año
de siempre.

En cualquier ciudad
que es la misma ciudad
en las mismas calles
tras los mismos pasos
bajo los mismos árboles
y la misma luz del sol
o la misma lluvia
nada ha cambiado
excepto tú
que ya no estás
igual que siempre.

Yo me muero despacio
desangrándome en palabras
que van formando versos
versos que componen poemas
poemas que no alcanzan a ser poesía
ni nada que se le parezca
igual que ayer
igual que mañana
igual que cualquier jueves
de cualquier semana
de cualquier septiembre
de cualquier año.

martes, 3 de septiembre de 2013

29 de junio, 17:30

 Escribí en un papel mañana y amaneció.
Escribí mirlo y al instante un precioso trino surgió
de entre las ramas frondosas de los álamos, inconfundible.
Escribí nube y una voluble sombra blanca se instaló en el cielo
hasta que escribí brisa y desapareció despacio, apenas sin esfuerzo.
Brilló el sol entonces en un lienzo del más bello azul infantil,
tal y como escribí.
Seguí escribiendo flores y mariposas y,
a medida que aquéllas brotaban,
éstas las visitaban al azar con sus vuelos de colores.
Escribí mi nombre y percibí el levísimo dolor del tiempo.
Escribí miedo y tuve miedo de escribir tu nombre.
Luego escribí silencio… 



martes, 30 de julio de 2013

ERES

Placer hosco y amargo
eres
Imposible de gustar
*
Como el hambre a punto de ser saciada
eres
Como la sed a la vista del agua
eres
Como el sueño al despertar del alba
eres
*
Dolor dulce y delicioso
eres
Imposible de curar
*
No puedo dejar de sufrirte
y aunque pueda no quiero
ni saciar mi hambre
ni calmar mi sed
ni despertarme
Tal como te había olvidado
eres
sigues siendo

domingo, 14 de julio de 2013

AYER HOY MAÑANA

 
Hoy es el día
que ayer decías mañana
y que mañana dirás ayer
Hoy es el día que vives
que gozas o sufres
que ganas o pierdes
que ríes o lloras
porque el día
que mañana dirás ayer
habrás vivido
gozado o sufrido
ganado o perdido
llorado o reído
Pero el día que hoy dices mañana
sólo se puede soñar
o esperar soñando
para vivirlo
sufrirlo o gozarlo
perderlo o ganarlo
reírlo o llorarlo
y luego
olvidarlo o recordarlo

martes, 9 de julio de 2013

NO ME APETECE PONER TÍTULO


En los desiertos del otro lado del mundo y en los de
[éste
En el océano que los separa y que los une
En los pantanos inciertos que se ocultan de la vista
hasta que ya es demasiado tarde
En los páramos imprevistos y en los previsibles
En los caminos que transito y por los que me pierdo
En los andenes de tren en los que espero y me rindo
En las calles por las que cruzo miradas con espejos
En los ascensores que suben y bajan y se paran siempre
en la planta equivocada
En los pasillos en los que termino y comienzo los días y las noches
En las habitaciones en las que duermo y despierto
[y sueño
Entre sábanas que no son mías pero tampoco tuyas
sudarios
No encuentro otra cosa que una soledad que no busco
Una ausencia que no dejo
Un abandono

 

viernes, 28 de junio de 2013

BAJO LA LLUVIA

Esparció semillas de sueños
al viento
Germinaron entre sombras
y silencios
Hundieron sus raíces
en las nubes oscuras
bien lejos de la tierra fértil
y del agua profunda y pura
Semillas que eran tus ojos
Semillas que eran tus labios
Semillas que eran tus manos
Tan sólo es su cosecha la lluvia
Lluvia que llueve en sus ojos
Lluvia que llueve en sus labios
Lluvia que llueve en sus manos
Lluvia que llueve incesante
sobre un poeta cuyos versos
plagados de necias goteras
no son más que un mal tejado
aguantando como puede
la lluvia sobre (papel) mojado

domingo, 23 de junio de 2013

NUBE CON FORMA DE GATO

Qué podemos hacer con las nubes
sino esperar a que vengan
o se vayan y entonces
desearlas o aborrecerlas
atenderlas o ignorarlas
La culpa la tiene el viento
que juega con ellas
como un niño caprichoso
e incansable
Mas aquélla que vimos
con forma de gato
sigue en la memoria
inmóvil en su cielo
parada en mi tiempo
persistiendo tan sólo
*
¿o tenía forma de zapato?

jueves, 20 de junio de 2013

MARÍA Y EL SUR


 

Siempre adolezco de un enorme desaliento antes de comenzar una pintura.  Es una especie de aborrecimiento que al poco se desvanece, conforme va tomando forma y color la idea que ocupaba con anterioridad mi pensamiento y que mis manos van entregando de una manera, casi diría involuntaria, hasta el punto que yo mismo me sorprendo con su trabajo y, así,  me voy alimentando de lo hecho y tomando fuerzas a medida que avanzo, de modo que al ir terminando ni siquiera siento la necesidad de descansar y, cuando al fin dejo por concluido con alguna satisfacción el cuadro, me viene a derribar un agotamiento físico y mental del que tardo en recuperarme.  Ahora, el lienzo en blanco frente a mí me deslumbra como un potente haz de luz, cegando mis ojos y mi entendimiento, inmovilizando mis manos; normalmente, pueden pasar días antes de que la primer pincelada comience a neutralizar la nada que me paraliza, pero esta vez no tengo en mi interior la imagen que necesito y la tela intacta parece tragarme a cada instante.  Constantemente repaso mis últimas obras.  No pueden ser el final, aún no me siento del todo vacío; sin embargo, no encuentro nada que pueda pintar, no tengo nada que expresar.  El verdadero problema reside en que mi pintura no es una obligación, no pinto por encargo, lo hago únicamente para mí, sin responder a ninguna solicitud externa, sólo para acallar una inquietud propia, personal, y, precisamente por eso, verme incapaz de llegar a lo que necesito es una fuente de preocupación sumamente inquietante, angustiante, como ese blanco incansable que me interroga y al que no puedo responder.  Llega a mi mente la historia de aquél pintor que, convencido de su irremediable esterilidad artística, tituló “fin” y firmó su lienzo inmaculado, antes de acercar la cabeza a la tela y darse un disparo de pistola desde el lado contrario, dejando un orificio y la proyección de su sangre y otros restos como última obra, póstuma se podría decir, aunque ciertamente desagradable.  Pero yo no soy así; aparte de que la abstracción me deja bastante indiferente, siempre estoy buscando excusas para darme otra oportunidad, a lo que seguramente habrá que unir mi acostumbrada falta de coraje o incluso una cierta tendencia a mirar hacia otro lado, con tal de no ver mi propia insuficiencia; no obstante y por fortuna, siempre termino por tropezar con algo a mi alrededor que me llama a descubrir o entender o asumir y, finalmente, entregar, y para conseguirlo es inevitable entablar una encarnizada lucha conmigo mismo hasta que lo logro; hasta que la luz, el color, la forma, incluso el movimiento, la expresión, el sentimiento, queden impregnados en lo que antes era un vacío ensordecedor o, mejor dicho cegador, y que ahora, una vez más, me está desesperando.

Mis manos no se mueven porque mis ojos no ven, porque mi alma no siente y mi cabeza no responde; empiezo a creer que estoy acabado y, para descubrirlo definitivamente, he decidido huir, pero no con un arma; he decidido aceptar la invitación de mi amigo el poeta Sorensen e irme a vivir una temporada en el Sur, en su casa; quizá allí consiga pintar una brisa de levante o un minuto de pasión o de alegría o simplemente un trago de vino.

Solicitaré permiso en mi trabajo de profesor en la Escuela de Artes Plásticas, en el que realmente no creo porque pienso que no se puede enseñar a nadie lo que debe aprenderse por sí mismo. Está la técnica, la habilidad, incluso la constancia, pero sin destilar apenas una gota de talento todo es inútil; para crear algo de lo que se pueda decir que se acerca a una obra de arte es preciso algo más y ese algo más no se encuentra fuera de uno mismo, sino dentro, tan dentro y tan escondido que incluso es posible malgastar toda una vida sin haberlo encontrado, sin ni siquiera haberse acercado a su rastro, tan leve en algunas almas como la mía, sin ir más lejos.

Sorensen lleva unos tres años viviendo en el Sur y me ha escrito que, aunque su poesía no ha mejorado gran cosa –otro implacable autocrítico-, sí lo ha hecho, por el contrario, su percepción, a pesar del cambio radical de cultura, de forma de vida; dice que la luz es otra, que no es algo que se espere y que apenas llega; es que se infiltra por todos lados de tal manera que incluso las sombras son diferentes y hasta se alargan con elegancia por los callejones; que se refleja en la gente y se convierte en sonrisas, en ganas de cantar, en fiesta, en hoy y no mañana.

Mañana, ese otro lienzo en blanco estremecedor.

Durante el viaje, pienso que no sólo se trata de un viaje geográfico; en realidad puede tratarse también de un viaje hacia mi propio interior y me pregunto ¿para qué?, ¿qué podré descubrir de mí mismo en el Sur que no puedo encontrar en el Norte? Intentaré cambiar mi propia percepción de las cosas, cambiar el entendimiento que me da la impresión de la misma luz de la que vivo; de todos modos, el cansancio que he acumulado y la insistencia de Sorensen hacen que las dudas acerca de la decisión sean poco alentadoras de mi acostumbrada cobardía, aunque aquéllas hicieran acto de presencia a mi llegada a la Capital, donde no esperaba un frío tan contradictorio con mis expectativas y que aumentaron de peso durante la obligada visita al Museo Nacional, en el que la contemplación de las obras de los grandes maestros siempre me asesta un violento golpe de humildad, de terrible empequeñecimiento y de torpe inestabilidad bajo mis pies, ya de por sí bastante inseguros.  Habría emprendido el regreso de inmediato de no ser por el deseo, ahora irrefrenable, de ver con mis propios ojos la luz con que aquél pintor local iluminaba su mundo y, ¿por qué no decirlo?, aun aceptando mis muchas limitaciones, comprobar el efecto que pudiera producir en mí, en mis manos, en este insignificante mundo mío de pintor que acostumbro a imaginar como un mero punto comparado con una línea interminable y que demuestra muy gráficamente la diferencia entre lo que deseo y lo que consigo.  En momentos como éstos, les diría a mis alumnos que no siguieran regla ni procedimiento alguno, que se asomaran al mundo y al tiempo con ojos y manos abiertas; que cualquiera de los errores que pudieran cometer probablemente les enseñaría infinitamente más que ninguna de mis clases; que fueran libres y honestos consigo mismos y que intentaran, al menos, amar cuanto se propusieran hacer.

Los primeros días los pasamos Sorensen y yo como cuando éramos estudiantes, corriendo de pueblo en pueblo, de playa en playa y de taberna en taberna hasta el día en que había de llegar María, su compañía de entonces.  Encontré que Sorensen había cambiado, que se había aficionado demasiado a la bebida y supongo que a alguna otra sustancia, dejando de lado la escritura, pero no quise saber más.  Me imaginé, al pasar de un tiempo, a un Sorensen deshecho llamando a mi puerta en demanda de ayuda, una vez dilapidado el dinero de su familia y me pregunté si podría asumir esa carga o si me excusaría de alguna forma; supongo que dependerá de la sinceridad y desesperación de su petición.

Definitivamente Sorensen había perdido muchas de sus cualidades, pero no la atracción y encanto que solía producir en las mujeres; pude comprobarlo cuando apareció María, caminando como una gata y sonriendo como la espuma del mar.  Como si me hubiera partido un rayo, quedé dividido en dos: en el que había sido hasta entonces y en el que sería después de conocerla.  Esa misma noche me encendí como un adolescente escuchando los sonidos que se escapaban apenas de puntillas de la habitación de Sorensen, deseando estar en su lugar, sufriendo por no estarlo, y no logré conciliar el sueño hasta que la fatiga me lo impuso cuando sólo faltaba un suspiro para amanecer.

No fue preciso buscar demasiado, ni demasiado profundamente para hallar alguna respuesta a mis inquietudes; el paisaje, las gentes, la luz, la vitalidad, las risas, aquel tiempo unido al anhelo de agradar, por no decir seducir, a María, penetró alegremente y sin esfuerzo en mi ánimo y pinté olvidando mis ataduras mentales, mis incapacidades, mis agotamientos.

Pinté entonces varias acuarelas; pinté playas de arena rubia y conchas marinas de mil formas imaginadas; noches morenas de luna llena y de estrellas perdidas y mañanas que se escapaban descalzas de las alcobas; pinté pueblos blancos tallados en el cielo y el vuelo inmóvil de sábanas blancas tendidas al tiempo; pinté girasoles bailando borrachos de luz reverberante; pinté incluso una esquina de claveles rojos y sombras de guitarra; pinté sueños al borde de un ocaso ensangrentado de vino tinto que se derramaba por el horizonte y calles ya vacías de pasos, pero llenas de recuerdos hasta los bordes; pinté caminos que se perdían sin llegar a ningún sitio y barcas varadas en una orilla olvidada del viento. Pero quería pintar a María.  Pintar a María en mis ojos, en mis labios, en mis manos, en mi vida.

Al contrario que Sorensen, me resulta casi imposible transmitir mis emociones, o quizás debería decir intenciones, sobre todo a las personas que me importan; torpeza que se multiplica ridículamente en relación con las mujeres, tanto más cuanto más me atraen, y espero a que éstas las deduzcan de pequeños gestos, de detalles insignificantes, de veladas insinuaciones lo bastante neutras como para no ser interpretadas de forma excesivamente directa y que normalmente se demuestran absolutamente inútiles; supongo que les resulta sumamente fácil no tener que molestarse en rechazarme, es suficiente con seguir de largo, como si nada, sin percibir siquiera las frágiles trampas que les tiendo. Y ninguno de estos gestos, ninguna de mis sonrisas ni de mis pobres palabras, afectadas de intensa y, por ello, adulterada -me temo- amabilidad y educación, que suelen interpretarse para mi desgracia como frialdad, ninguna de mis precarias trampas, lograron atrapar a María, tal como me hubiera gustado, tal como deseaba, a pesar de mi amistad con Sorensen; al fin y al cabo, él pronto se olvidaría o encontraría otra preciosa sonrisa con la que entretenerse, mientras que yo creía, como un crío, que no había otros ojos como aquéllos ni en el espacio ni en el tiempo.

Unos días de viento fuerte y lluvia me permiten conseguir que María, e incluso Sorensen, sólo tangencialmente interesados en mi pintura, insistan en que ella pose como modelo para mí; al principio he tomado la idea intencionadamente como una broma para ir dejando que mi negativa amable y nada convencida se vaya convirtiendo en una templada seducción, hasta lograr precisamente lo que yo quería, casi sin esfuerzo por mi parte.

Primero, el encaje suave y delicado en el papel especialmente escogido, como si el lápiz fuera la yema de los dedos acariciando cada línea de su rostro, con especial detenimiento en sus ojos, sus cejas, en los cabellos que le caen sobre la frente, en sus labios, sobre todo en sus labios no totalmente cerrados.  No sólo un esbozo, varios, muchos, todos cuantos fueran necesarios para retenerla junto a mí un minuto más.  Luego, la aguada en las sombras principales para sentar la base de la expresión y el fundamento del volumen aparente.  A continuación las primeras aguadas de color, que irán dejando también su sitio a la luz y a los brillos, en contraste con las pinceladas de trazo más oscuro.  Después, aguada tras aguada de color, hasta llegar a la definición, tan despacio como puedo.  María intenta ver el retrato, pero no se lo permito hasta que esté terminado, en una especie de juego de niños para mantener despierto el interés aunque, evidentemente, no lo consigo a propósito; al mostrárselo se ríe, se ríe abandonando una huella de vergüenza infantil y me dice que no es ella.  Y tiene razón, no es ella tal como es, es ella tal como yo la veo, como yo quiero verla; la María del retrato me ama, me necesita, me mira como si no hubiera nada más en el mundo.

No es ella.

Esperaba, de alguna forma, que al ver el cuadro se desvelara ante sus ojos todo cuanto yo sentía, pero no fue así, convirtiendo ese momento de esperanza en una bofetada de desánimo y frustración que me hicieron odiar mis propias manos incompetentes.  Sorensen, que, en un principio apoyó la idea y hasta animó a María para que se prestara a posar como modelo, se muestra ahora receloso e inquieto, molesto por mi excesiva tardanza, por mi deliberada y poco confesable minuciosidad; al contemplar él mismo el cuadro creo que me ha descubierto y pienso que he subestimado el hecho de que quizá me conozca demasiado bien; ha empezado a comportarse con excesivo desdén y, casi diría desprecio, hacia María y muestra una inusual frialdad conmigo; hace lo que María más detesta y ésta se desespera cada vez más.  Discuten, discuten incluso fuertemente cuando no estoy presente, aunque alcanzo a escuchar sus mutuos reproches poniendo más bien poca intención por evitarlo y descubro que la tensión en la que están dejando ir sus emociones viene de largo, de un momento anterior a mi llegada, si bien ésta puede haber empeorado la situación, sobre todo desde la perspectiva de un Sorensen que se sienta traicionado y cuestionado en su posición hegemónica, pese a que María es totalmente indiferente a mí, a mis deseos, a que es impermeable a mi voluntad.  María está entregada, pero para Sorensen se trata solamente del último objeto de su colección, así que creo que es cuestión de tiempo que el delicado equilibrio en el que se encuentra el común de sus vidas se rompa definitivamente, hipótesis que no impide cierta sensación de indignación e incomprensión: indignación por la actitud de Sorensen hacia una María a la que yo besaría los pies aunque me golpeara con ellos e incomprensión por la falta de orgullo de María al permitir a Sorensen un trato tan poco considerado hacia ella.

Reconozco que me aparté de aquel fuego cruzado y oculté mis sentimientos bajo gruesas capas de indiferencia forzada, como sólo un cobarde sabe hacer o como un desdichado idealista que renuncia a intentar lo que es imposible, fraguando, de paso, una intensa sensación de fracaso y de tristeza.

No me fue muy difícil excusarme y adelantar apenas en una semana mi regreso al frío del Norte, cargado con toda la luz que había logrado calentar mi espíritu; sin embargo, me iba habiendo perdido más de lo que había ganado; me llevaba unas cuantas telas en las que la claridad y el color habían tomado carta de naturaleza, logrando acallar el silencio de mi pintura siempre tan oscura, pero dejaba unos ojos negros que destilaban luz, verdadera luz, y que no tendrían ni siquiera motivos para recordarme; me llevaba conmigo el Sur, pero no a María.

No a María.

Ahora volveré al frío y a la persistente lluvia del Norte, a mis acostumbrados  y periódicos vacíos deslumbrantes; volveré a enseñarles a mis alumnos el camino que otros siguieron para intentar que sigan el suyo propio; expondré los cuadros que me traje del Sur con mayor éxito del que esperaba, vendiendo incluso alguno de ellos; pero guardaré uno, al que volveré una y otra vez, a pesar de estar inconcluso, no queriendo terminarlo aunque sea de memoria, porque conservaré la estúpida esperanza de poder hacerlo de igual forma que lo había comenzado, con María presente; le dedicaré mi contemplación todas las noches como una especie de ritual que pretenda unir el recuerdo con un designio que nunca habrá de cumplirse.

Nunca se cumplirá porque después de hablar con Sorensen y comunicarme, tal como era previsible, que ya no están juntos y de preguntarle con gran embarazo por mi parte, argumentando la falsa excusa de enviarle el retrato como regalo a María, éste me ha respondido, no sé si de forma totalmente sincera, que no conserva forma alguna de contactar con ella.  Sorprendentemente, no puedo guardarle rencor a mi amigo y encuentro preferible haber tenido mala suerte.

En este mismo instante, al tiempo que escucho la lluvia caer en la calle, observo el recuerdo que mis propias manos acariciaron, esos ojos negros que me miran envueltos en mi propio deseo y suelto a volar mis sueños en todas direcciones, sabiendo que se perderán irremisiblemente por el camino…María…María…¿dónde estás, María?.

lunes, 29 de abril de 2013

ENREVESUEÑOS

Sueño que sueñas conmigo
pero no que sueñas conmigo
sueño que soñamos juntos
el mismo sueño que yo sueño
el sueño que sueño contigo
pero no que sueño contigo
el sueño que soñamos juntos

domingo, 28 de abril de 2013

PRIMAVERA

Despierta la primavera
silbando con sus fragancias
melodías de colores
y vienen cantando
canciones de aire
las mariposas
Mientras las margaritas
se esparcen como estrellas
sobre un cielo del revés
verde verde brillante
de rocío reciente
Que no termine nunca
este preciso instante
que no termine nunca
hasta que te encuentre
porque no tiene sentido
sin tí
la primavera

viernes, 12 de abril de 2013

REFLEJO EN EL CRISTAL DE LA VENTANA

Las horas más tristes
La noche cerrada
Los ojos perdidos
sin luz la mirada
Los labios sellados
sin una palabra
Las manos vacías
El tiempo parado
en el pensamiento
El silencio devuelto
en rachas de viento
Todo parece haber pasado
Nada parece tener sentido
ni siquiera el reflejo asustado
de ese cobarde vencido
que me estaba mirando
hace apenas nada

miércoles, 10 de abril de 2013

ESTA NOCHE

Es perfecta esta noche
para ponerse triste
para intentar recoger
lo que el alma va perdiendo
para escuchar lo que dice el viento
Es perfecta esta noche
que me pregunta por mis sueños
en la que el tiempo se desangra
en gotas de lluvia violenta
que va borrando el vestigio de mis pasos
por el mundo
A cada uno que fui dando
cientos quizá miles de otros pasos
se tornaban en posibles
y a cada paso siguiente
cientos quizá miles de aquéllos
iban desapareciendo
Mi sueño mi anhelo mi quimera
haberlos seguido todos
cubrir todas las huellas
llegar al lugar al que todas
se hubieran dirigido uno por uno
y quedarme únicamente
con el rastro que me hubiera llevado
a tí
Ésta es la noche perfecta
para llorar unos versos
para creerme poeta
y salvarme
Pero la mirada perdida
tiene ojos resecos
y las manos inermes
están heridas de muerte
Es perfecta esta noche
para rendirse y arrodillarse
y pedir clemencia
como si la hubiera

lunes, 8 de abril de 2013

SI TE QUISIERA


Si te quisiera te diría
Quiero hacer de tu cama una playa
y sumergirme en tus brazos
Quiero tenderme en tu piel
y ver el cielo en tus ojos
y dormirme en tu sonrisa
Quiero soñar con tus labios
 y jugar con tus cabellos
como el viento con la arena
Quiero estar siempre empezando
hasta que encuentre un final
Descubrirte de nuevo
cada vez que te mire
y entonces volver a empezar
Todo esto te diría si te quisiera
y alguna cosa más

domingo, 7 de abril de 2013

GEOMETRÍA

 
un triángulo isósceles que no
se sostiene por ningún lado
un conjunto vacío de tí
una elipse inacabada
una línea pendiente
una espiral infinita
un círculo vicioso
un plano cortante
una bisectriz
que determina
lo que soy:
la mitad de nada
y
finalmente
un punto y final
 

martes, 2 de abril de 2013

CASTIGO

El silencio de esta casa
Este muro de hielo
El silencio de este instante
Este silencio que se extiende
hacia dentro
que me aleja de mí mismo
y me aproxima al vacío
llenándome de impotencia
Este silencio que lamina
toda excusa
cualquier gesto
el mínimo intento de creer
o de soñar
Este silencio de ahora
casi de siempre
Esta barrera de miedo
Este estanque de pena
Este maldito desierto
de angustia
de abandono
y de indiferencia
El silencio que ata mis manos
que sella mis labios
que cierra mis ojos
que ofusca mi mente
es un silencio de sal
un silencio de sed
*
Cómo me gustaría golpearme
y romperme en mil pedazos
verme libre y correr gritando o riendo
aunque fuera como un loco
o como un niño
Que me lavara la lluvia
que me secara la brisa
que me cegara la luz
que me perfumasen los naranjos
con su sonrisa blanca
y que el tiempo me perdone
lo que me debe
por haber llegado tarde
demasiado pronto
entonces
por haber llegado pronto
demasiado tarde
ahora
que me deje alcanzar
una gota de agua dulce
que sacie esta sed
que me perdone esta culpa
que no es mía ni de nadie
y que igualmente me castiga
al silencio de esta casa
a este muro de hielo
al silencio de este instante
a esta sal de ausencia
 

domingo, 31 de marzo de 2013

CULPABLE

No soy inocente
mis manos no son inocentes
no han asesinado
niñas
ancianas
mujeres
no han asesinado
niños
ancianos
hombres
no han aplastado sus cráneos
ni apretado sus gargantas hasta la asfixia
no han secado sus pozos
no han agostado sus cosechas
ni saqueado sus pobrezas
ni esclavizado sus cuerpos
otros lo han hecho por mi
porque yo les he dejado
*
Mis manos son culpables
de haberse quedado quietas
permitiendo
el hambre
la sed
la injusticia
la explotación
por dejar que el polvo los entierre
como cadáveres anticipados
nacen muertos
lloran muertos
sufren muertos
mueren ya muertos
devorados por las moscas
y la suciedad
devorados insaciablemente por mí
por permitir que la enfermedad los aniquile
por no evitar que su sangre se derrame
por cambiar de canal
pasar de página
cambiar de tema
olvidarme
olvidarles
*
Soy culpable de no ser humano
mientras como y bebo y duermo
mientras consumo
mientras juego a ser feliz
despilfarro mi vida contrayendo una deuda
imposible de pagar
mientras miro hacia otro lado
mi opulencia es su sufrimiento
su sufrimiento es mi condena
mis propias manos me acusan
estoy condenado a no sentir
a ser inmune
insensible
indiferente
impasible
incommovible
el peor de los animales
la más fiera de las bestias
pero educado
civilizado
sofisticado
avanzado
me dijeron que éramos hermanos
no me dijeron que mi nombre es Caín
y cambio su vida por cualquier comodidad
¿imprescindible?
y soy feliz mientras progreso
*
Una hoguera me espera
el infierno que será mi casa
el fuego que me haya de abrasar
ha sido provocado por mis propias manos
mi conciencia no se calmará
el sueño no me dará descanso
mi vida no me dejará en paz
no servirá para nada
mi muerte no será la misma que sus muertes
tampoco me exculparán estos versos
Sea
*
Temo encontrar entonces todas sus miradas
dóciles
abandonadas
resignadas
acusadoras
vacías y terribles no podré esconderme de ellas
no entenderán nada
no les podré engañar
"¿qué has hecho por nosotros tú que podías?"
me pudriré de vergüenza
me arrancarán la piel con toda justicia
con mis propias manos
Sea
No descansaré hasta entonces
Soy culpable

jueves, 21 de marzo de 2013

ALGUNOS HAIKUS

La niebla cae
es una blanca seda
sobre la tierra
*
El viento frío
dejó sin respuesta
una esperanza
*
Una mirada
en un charco de lluvia
reflejaba luz
*
Es el silencio
más frío que el invierno
y la distancia
*
Mis recuerdos son
la risa de un niño
en el bolsillo
*
Las risas de hoy
van camino de ayer
para no volver
*
El día muere
se alargan las sombras
en el ocaso
*
La larga noche
y el gélido viento
roban tus sueños
*
Refleja la luz
la escarcha nueva
y se muere
*
Una mirada atrás
la hoja seca
se la lleva el viento
*
Sol de Otoño
besa la arboleda tu
tímida mano
*
Bajo la lluvia
agoniza el tiempo
la luz espera
*
El viento frío
apaga la hoguera
que me calienta
*
La noche larga
me ofreció su casa
bajo la luna
*
Canta sin miedo
posado en la rama
el petirrojo
*
La luna mora
pendiente de la noche
me guiña el ojo
*
La mañana es
la última frontera
que me aguarda
*
Por el camino
a la vera del río
pierdo mis pasos
*
Entre los lirios
la garza a lo lejos
bate sus alas
*
Viejos reflejos
que estaban perdidos
brillan de nuevo
*
Tiemblan mis manos
se marchitan las flores
ya sin remedio
*
Los pies descalzos
la pradera helada
duelen los pasos
*
Luz de esperanza
como una oración
rezo tu nombre
*
Pasan los días
mientras tanto tú ríes
yo me sostengo
*
En el recuerdo
bailas y bailas
tan sonriente
*
Es tu silencio
la casa solitaria
donde yo vivo
*
Busco perfección
aquí no hay ninguna
lejos he de ir
*
Tiemblo de frío
la noche es olvido
tiemblo de miedo

miércoles, 13 de marzo de 2013

MALOS HÁBITOS

Voy a dejar de herirme
con las espinas de la rosa
Voy a dejar de reclamarle
una respuesta al silencio
Voy a dejar de soñar
cuando estoy despierto
y de llorar
cuando quiero reír
Voy a dejar de esperar
a que las cosas cambien
antes de que cambien
Voy a dejar de quemar
mis ojos mirando al sol
Dejar de tener la esperanza
siempre a punto
y dejar de correr
cuando quiero volar


martes, 12 de marzo de 2013

LLAVE

Aún conservo un poco de aquella eternidad
sólo un poco
lo poco que queda de aquella luz
de aquella noche estrellada de grillos y luna
de aquella puerta cerrada por dentro y
de aquella ventana abierta al porvenir
de par en par
De aquella mirada con su sonrisa engarzada
de aquel primer cigarrillo
de aquellos amigos que aún lo son
de aquella familia enorme que ya lo es menos
del olor de la hierba apretada en aquellos almiares
de aquella alegría con su tristeza a cuestas
de aquel perfume que era música
celestial
y de todos aquellos sueños de vigilia
Aún preservo un poco de aquella eternidad
entre los pliegues de la memoria
bajo llave / ésta llave

domingo, 10 de marzo de 2013

MI CASA

Era mi vida una casa llena de gente
gente que se ha ido yendo
lentamente
Quedan ahora sus crujidos y lamentos
Las vigas podridas bajo las tejas
desencajadas y hundidas
las grietas en las paredes
los cristales rotos
las puertas abiertas
sus corrientes de aire empujando las cortinas
descoloridas con desgana
y su capa de tiempo que todo lo cubre
Permanecen las sombras temblorosas
acurrucadas en los rincones
y el miedo
como una certeza constante
De la calle llega el estruendo incómodo
del río revuelto y las risas de los pescadores
Una voz ha preguntado alguna vez
¿Vive alguien ahí? ¿Vive alguien?
¡No, no vive nadie! ¡nadie!
he gritado desde lo más adentro
Por no tener a dónde ir
hace tiempo que también me he ido
yendo
y mi voz es el silencio
y el silencio mi cansancio
Era mi casa una casa
en las afueras de la vida
O era mi vida una casa
ahora una casa vacía

viernes, 8 de marzo de 2013

PEQUEÑAS HISTORIAS SIN IMPORTANCIA # 8

Después de caminar durante jornadas por parajes deshabitados llegué por fin a una aldea sumergida en un bosque de hayas y robles tan antiguos como la tierra misma y tan espeso que ni siquiera la voz lograba atravesarlo. Una humilde familia me dió albergue por unos días bajo su techo y todos los vecinos acudían a conocerme pues hacía siglos que nadie extraño pasaba por allí. Algunos me preguntaban cuál era mi nombre, otros querían saber de qué forma me ganaba la vida, pero nadie se interesó por el lugar del que procedía ni tampoco hacia dónde me encaminaba, nadie preguntó nada que tuviera que ver con lo que pudiera haber tras los últimos árboles del bosque. Se sorprendían al decirles que me ocupaba en buscar algo que no sabía qué era y me preguntaban entonces con toda lógica ¿si no sabes lo que buscas, cómo sabrás qué es cuando lo encuentres? y yo contestaba cuando no necesite buscar más sabré que he encontrado lo que busco ¿Y qué harás entonces? Entonces, seguramente lo volveré a perder.

ESPERABA

Estaba esperando
*
Esperaba
en el brillo líquido de la infancia
entre los juegos y los castigos
escondida detrás de las sombras
de las risas y de los llantos
estaba esperando
*
Esperaba
entre los besos y las caricias
enredada en los pliegues de las sábanas
deslizándose por el dolor y por el miedo
a cada latido 
en cada suspiro
en las heridas
en las cicatrices
en la piel intacta
*
Esperaba en el sueño y en el desvelo
en cada palabra
en cada verso
en cada pausa
estaba esperando en cada gesto
en cada mirada
en las manos
en tus ojos
a cada paso
en cada duda
en los tropiezos y en los aciertos
*
Esperaba en cada sorbo de agua
en cada copa de vino
desde el principio
cada noche
cada día
en cada bocanada de aire
*
Estaba esperando
entre los encuentros y las ausencias
envuelta en el silencio de la soledad
latente en el bullicio de la multitud
esperaba
*
Esperaba el momento de susurrar
"Al fin has llegado"
estaba esperando
te esperaba
*
Y llegó el momento
Y no pasó nada


jueves, 7 de marzo de 2013

SOÑANDO

Tengo un océano por noche
y un sueño de velas blancas
cuatro puntos cardinales
y una estrella que se escapa
Llevo una caracola que guarda
ecos de silencios de miradas
y un compás extraviado
y una brújula averiada
*
Tengo un catalejo roto
y un timón equivocado
Voy con el destino trazado
en mis ojos en mis manos
me dirijo al horizonte (que es)
mañana por la mañana
Sopla tiempo suave de levante
y no me alcanza el sueño para nada

martes, 5 de marzo de 2013

POR TODO

Por sentir de vez en cuando
por dejarme sonreir
por encontrar una excusa
para arrancar de raiz
las penas que me sujetan
Por el fuego de la hoguera
por las cenizas calientes
por el viento que me espera
para llevarme tan lejos
que ya no pueda volver
Por surgir del todo
por llenarme las manos de nubes blancas
por cubrir de sueños mis ojos
para terminar en la nada
sin rencor y sin orgullo
Por pasar de largo y dar la vuelta
por rescatar la luz del olvido
Por despejar el día del mal tiempo
para poder ver el camino
y volverme a perder de nuevo
Por usar la verdad para engañarme
por jugar a algo serio sin importancia
por dejar la dicha en entredicho
ignorando la inocencia
en el indiferente escondite
Por intentar comprenderme
por haberme equivocado
por no decir no diré nada
aunque queda todo dicho
que el tiempo nos separa
con la fuerza del olvido


lunes, 4 de marzo de 2013

PALOMA


Yace ahora
acostada en un oscuro rincón
del silencio
la paloma muerta
Es ahora
su vuelo un suspiro
la brisa que fue su bandera
agita con levedad su plumaje
como hace la noche
con las horas del día
en tanto que yace ahora
tendida en un rincon oscuro
de indiferencia
Equivodada o no
ya nunca alcanzará
la playa con que soñaba
se negó el viento a llevarla
no pudo el tiempo ayudarla
no quiso el sur esperarla
tampoco

domingo, 3 de marzo de 2013

CIEGO

Buscaré donde duermen las olas
donde nacen los vientos del sur
donde terminan los dias sus horas
y sueñan los jazmines que vuelan como gaviotas
Buscaré donde se aparta la mirada confundida
allí donde cesa el silencio su canto ahogado
donde se pierde el roce de una mano temblorosa
en el mismo corazón de una sombra agitada
Caminaré hacia la luz hasta la ceguera
y aún así ciego seguiré tentando
el suelo con las manos con el alma
Buscaré entonces en el regazo de las rosas
leyendo entre líneas sus olores
escuchando el tiempo que se escapa
entre risas y dolores
quiero encontrar la luz que me cegara
y ver el mundo de nuevo
como si fuera la vez primera
como cuando sólo existía mañana

viernes, 1 de marzo de 2013

PERSPECTIVA


Al fondo del fondo de la oscuridad
veo los destellos de una tormenta lejana
más cerca las luces blancas y rojas de los coches en la autovía
otro trecho de negrura oculta las últimas viviendas de la ciudad
sólo una constelación de luces amarillas delata su posición
al tiempo que separa la tierra del cielo
delante las siluetas de los indiferentes álamos balanceándose suavemente
en medio de millones de ruidos microscópicos que componen
un silencio brutal
sigue el estertor incandescente de la última calada
del último cigarrillo de hoy o el primero de mañana
ya no lo sé
luego una exhalación de humo que se disipa en manos de la brisa
y justo aquí en medio de la nada
¿yo?
yo
me quedaré aquí hasta matar esta palabra
yo
o hasta que ella me mate a mí