erais felices
y salíais sonrientes a la calle
desayunabais croissants en el café de la esquina
os despedíais
lamentando hacerlo
sabiendo que lo hacíais
hasta luego
deseando meteros de nuevo en la cama
y apartaros del mundo en una burbuja de amor
sexo
y sueño
la lluvia era motivo de risa
mientras jugabais a ser eternos
y todo lo demás
eran ojos
labios
lenguas
cabellos
manos
piel
multiplicados
por
dos
almas
entre sábanas desechas
como la vida misma
erais felices
lo fuisteis
quizás un par de horas
un par de días
un par de años
mientras pudisteis abrir de par en par el tiempo
y cerrar a cal y canto el espacio
fuisteis felices
y ya no lo olvidaréis nunca
pero
nunca
comisteis
perdices
solo lentejas