Odio estas tardes de domingo
sin nada que hacer
sin nada que decir
sin nada que perder
Odio estos puentes miserables
que conducen a la orilla
en la que ya estaba
esperando
Odio tener razón y no estar loco
odio la costumbre de acostumbrarme
odio mi casa cerrada por dentro
y odio también la calle lejana
Odio odiar y a veces
odio amar
y odio no poder
y odio sobre todo
no querer
Odio abandonarme al abandono
Odio perderme en los lugares
conocidos
y encontrarme de nuevo
perdido
No hay comentarios:
Publicar un comentario